Llega el final del día, es viernes y no estás muy cansado, por lo que es normal que te preguntes si podrás encontrar algo de ocio nocturno en esta ciudad que aún estás conociendo. Puedes estar tranquilo: en Viena hay pubs, discotecas y bares para todos los gustos.
A pesar de la fama de tranquilidad y reposo que tiene la ciudad (los cafés, la ópera…), no hay que olvidar que es una capital y que es también una ciudad universitaria y bastante intelectual. Y ninguno de esos estudiantes y artistillas (y turistas, no los olvidemos) se queda en casa un viernes o un sábado por la noche.
¿Adónde ir? La vida nocturna de Viena es, salvo un par de zonas de bares más definidas, bastante dispersa, y requiere en según qué sitios quedarse en el mismo local toda la noche. Las zonas de marcha principales están en el llamado Triángulo de las Bermudas, en casco histórico, y bajo la línea U6 de metro, en el lado oeste del Gürtel. También hay varias discotecas a las orillas del Danubio y cerca del Naschmarkt, y luego ya muchos lugares escondidos que tendrás que ir descubriendo poco a poco.
Un consejo es no dejarse llevar por las primeras impresiones, pues apacibles restaurantes y cafés de día pueden convertirse en eclécticos pubs nocturnos. Lo mejor es investigar in situ, pero es también arriesgado, ya que podrías tener mucha suerte y encontrar el bar de tu vida (ese bar en el que te quedarías a vivir) o no encontrar ni un triste café.
Otra característica común a muchos bares de copas vieneses es que el estilo de música cambie según el dj, pasando de una noche de indie suavecito a otra de house. Lo mejor es asegurarse antes de ir repasando la revista Falter (puedes comprarla una vez a la semana o simplemente consultar su web www.falter.at), donde podrás encontrar qué hay cada noche en cada sitio y evitar sorpresas desagradables.
En cuanto a los horarios, dependerá mucho del local, pero por lo general los vieneses salen antes de casa y vuelven también antes. Lo normal es quedar para tomar unas cervezas sobre las 8 ó 9 (ya cenados) y después continuar hasta que el cuerpo aguante (lo que suele coincidir con las 4-5 de la mañana, hora a la que cierran los locales, perfecto para coger el primer metro).
Como en casi todas las ciudades, hay muchas discotecas en las que tendrás que pagar entrada, pero no es ni mucho menos en la mayoría. Es posible salir una noche entera sin pagar por entrar en ningún sitio si te buscas bien el itinerario. Y en muchos locales la entrada te costará tan solo entre 3 y 5€. Eso sí, lo de incluir la consumición en el precio no es habitual.
Estos son algunos de los lugares y zonas más representativos:
– Triángulo de las Bermudas. Son varias callejuelas en el casco viejo de la ciudad repletas de bares, discotecas y cervecerías. Aunque hay un poco de todo, lo más habitual en esa zona son los bares de pachanga y de grandes éxitos de música disco, razones por las que atraen a turistas poco valientes, a la comunidad latina de Viena y a mucha juventud de primer año de carrera. Aún así, lugares como el Kix Bar, el Krah Krah o el Roter Engel bien valen la pena una visita. Cuenta con bucear entre multitudes para llegar a la barra.
– Bajo la línea U6 de metro. Esto suena extraño, pero no es que sean locales situados a varios metros bajo tierra, sino simplemente que entre las paradas Burggasse-Stadthale y Alser Strasse el metro circula en la superficie, sobre unas arcadas con el tamaño perfecto para cobijar locales nocturnos. El ambiente en esta zona es más alternativo y moderno, aunque también hay un poco de todo. De todas formas, aquí es muy sencillo ir probando de bar en bar, ya que están uno a continuación de otro. Los más interesantes podrían resumirse en:
- Chelsea. Dependiendo de la noche y de la hora, puede pasar de ser un lugar tranquilo en el que tomarse un café a un espacio lleno de cuerpos sudorosos que bailan sin parar. Todo eso pasando por sus momentos de bar de conciertos (suelen tener a grupos bastante buenos) o bar de fútbol. Si no te gusta el deporte rey, intenta evitar este local en días de partido.
- Rhiz. Música electrónica tranquila, videoproyecciones y eventos artísticos en general. Un lugar para amantes del arte contemporáneo y multimedia. Muchas veces tienen conciertos bastante interesantes.
- Café Carina. Un bar en el que todos se conocen, pero no recibirás miradas antipáticas por ser un extraño. Tienen desde conciertos hasta charlas y simposios de todo tipo.
- B72. Junto con el Chelsea, el lugar más concurrido de la zona. Música alternativa, mucha juventud y DJs con cierto renombre. Unos lo aman y otros lo odian, es necesario visitarlo.
– Museumsquartier. Especialmente en verano, cuando se puede estar bebiendo al aire libre sentado en un banco, es un lugar muy agradable y con mucho ambiente. Cuando llega el frío lo mejor es meterse en alguno de los cafés, como el Leopold o el Halle, todos con ese aire de moda y diseño que desprende el estar situado entre museos. En cuanto a la música, depende de la noche, te podrás encontrar desde fiestas privadas en las que pincha un amigo con su iPod (es posible, sí), hasta noches temáticas de los años 60.
– Wuk. (Währinger Straße 59). Almacén abandonado que okuparon varios colectivos de jóvenes que finalmente consiguieron ganarle la batalla a las autoridades y convertirlo en un espacio cultural. Un patio con mesas donde tomarse una cerveza, un par de espacios para conciertos y sala de baile, un rocódromo y hasta un taller de bicis. En el taller, además de arreglarte la bicicleta, te enseñan cómo hacerlo.
– Fluc. (Gabor-Steiner-Weg). Al lado del Prater, el lugar para los amantes de la música electrónica. DJs internacionales muchas noches y la gente más trendy y moderna de Viena. Verás que además de para bailar, los vieneses también van al Fluc para ver y ser vistos.
– Flex. (Augartenbrücke 1). Más música electrónica, esta vez a orillas del Danubio, aunque en este caso hay también noches dedicadas a otros estilos, por lo que el tipo de clientela cambia mucho de una noche a otra. En general, gente alternativa y con ganas de bailar. Algunas noches, como la dedicada a música británica, la pista de baile se llena de adolescentes. El bar, en cambio, al que se puede entrar gratis, suele mantener una media de edad de entre 25-30 años.
– Wirr. (Burggasse 70). En el piso de arriba, un bar en el que también sirven comidas con muchas mesas y sillas y extraños tapices en las paredes. Abajo (pagando 5€), pista de baile con noches temáticas: años 60, house, música balcánica… Un lugar curioso y con casi ningún turista.
– OstKlub. (Babenbergerstrasse 1). Ost significa Este, por lo que el OstKlub (y el OstBar, abierto por las tardes) está especializado en música del este de Europa, especialmente de los Balcanes. Música en directo casi todas las noches y varias salas en las que bailar hasta que no puedas más o simplemente beber tranquilo en una mesa. Tremendamente divertido.
– Phil. (Gumpendorferstrasse 10 – 12). No todo es saltar y sudar. Para las noches (y tardes) en las que nos apetece un plan más tranquilo, el Phil es el lugar ideal. Un café-librería-tienda de discos con sofás y conexión wi-fi en el que pasar horas y horas charlando, escribiendo o leyendo (al lado de la estantería del fondo hay un sillón al que no irá el camarero a servirte, ya que está reservado como «rincón de lectura»). Es, además, uno de los pocos lugares de no fumadores de Viena. Imprescindible.