Como toda capital europea que se precie, en Viena podrás encontrar todo lo que busques si sabes dónde buscar. Mercadillos, grandes cadenas, souvenirs, segunda mano… no falta de nada. Lo que quizá sí que llame la atención es que en Austria han sabido mantener a raya al capitalismo salvaje, por lo que horarios y días laborables se respetan mucho. Salvo las tiendas de souvenirs del casco histórico y algún supermercado por ahí, no encontrarás casi ningún comercio abierto a partir de las 7 de la tarde o en un domingo. Así que estate atento si hay algún domingo seguido de festivo a la vista, porque ,si no te acuerdas de hacer la compra, te podrías quedar sin nada que llevarte a la boca.
Para comprar souvenirs, lo más sencillo es quedarse por el distrito 1, en los alrededores de la Catedral de San Esteban. ¿Qué comprar? El chocolate, ya sea en forma de los deliciosos bombones Mozartkugeln, de tableta de Lindt o de galletas Manner, es uno de los productos más típicos de Austria en general, además de algo de lo que los austríacos están muy orgullosos. Otros souvenirs que encontrarás en todas partes son las Steffl (pequeñas reproducciones de la Catedral); Sissis, Francisco Josés, Mozarts y tiroleses con jarras de cerveza o pequeñas norias, todo en diversos formatos (imanes, marionetas, porcelanas); para todos los gustos y presupuestos.
Otra parada imprescindible es el Naschmarkt, el mercado diario más famoso (y, por lo tanto, turístico) de la ciudad. Podrás comprar quesos, frutos secos, aceitunas, frutas confitadas, golosinas y especias de la mejor calidad. Eso sí, no es recomendable para la compra del día a día ya que los precios son bastante abusivos. Los sábados por la mañana hay además una especie de rastro, y el tamaño del mercado se duplica llenándose de puestos de todo tipo: libros y discos de segunda (¿tercera? ¿décima?) mano, bicicletas, vajillas, aparatos electrónicos, alguna guitarra y trastos en general. Todo bastante caótico y polvoriento, pero también dotado de un encanto especial.
Mariahilferstrasse es el lugar al que te debes dirigir si lo que quieres es «ir de compras». Todas las grandes cadenas de ropa, calzado, decoración, música, etc. están una detrás de otra a lo largo de esta larguísima calle del distrito 6. Es la calle comercial (asequible) por excelencia de Viena y, como tal, está siempre muy animada mientras las tiendas están abiertas. Cuando los comercios cierran, sin embargo, parece que un viento misterioso se lleva a la gente y la calle se queda desierta. En una perpendicular, Neubaugasse, encontrarás lo que buscas si quieres huir de las grandes superficies: tiendecitas de ropa de segunda mano y diseño, con precios variando desde la más pura ganga hasta lo inalcanzable, un paseo imprescindible si te quieres vestir con algo más original.
Para objetos de decoración o regalos, échale un vistazo a las tiendas que hay dentro del MuseumsQuartier. Encontrarás la típica tienda de museo de arte con reproducciones de cuadros en calendarios, cuadernos y paraguas; pero también tesoros como la tienda que hay debajo del Mumok, llena de juguetitos de diseño para hacer de cualquier casa un lugar con un aspecto más vanguardista. Esta tienda es también la Lomoshop de Viena, por lo que está frecuentada siempre por gente joven y «moderna».
Si te coincide estar en Viena a finales de noviembre y en Navidades, enseguida descubrirás que en cada plaza se monta un mercadillo de Navidad. En los distintos puestos podrás comprar artesanía (velas, madera, jabón), adornos navideños, y cositas para comer, desde los dulces hasta las omnipresentes salchichas. Lo mejor, sin embargo, son las bebidas: una taza de vino caliente y dulzón es uno de los grandes placeres de la Viena navideña.
La compra del día a día la podrás hacer sin problemas en uno de los muchos supermercados que hay en la ciudad, tantos que siempre tienes por lo menos dos cerca para elegir según tus intereses. El Penny y el Zeitpunkt (de aspecto cutre pero muy baratos y con unos chocolates siempre riquísimos), el Billa (algo más caro, pero con todo más cuidado), el Spar (¡caro!), el Hofer (barato y con cosas que nunca esperarías encontrar)… Lo mejor es darse una vuelta por todos al principio para situar productos y precios, porque la diferencia es a veces bastante grande.
Y para terminar, las tiendas en las que uno nunca se atreve a entrar. Si lo que buscas es lujo, date un paseo por Graben. Joyas y grandes diseñadores, pero que eso no te detenga. Aunque no vayas a comprar nada, es siempre interesante entrar y asustarse con los precios, y los austríacos son tan amables que no te mirarán mal aunque esté claro que tu poder adquisitivo nunca te va a permitir ser uno de ellos.